El contacto constante con el agua y los elementos marinos puede causar daños significativos en el casco y en los componentes metálicos de tu embarcación. En este post explicaremos en detalle para que sirven los anodos en un barco, qué son y cómo contribuyen a mantener tu embarcación en buen estado.
El mantenimiento de embarcaciones desempeña un papel crucial en la preservación de su integridad. Una de las tareas más importantes es garantizar una protección eficaz contra la corrosión. Es aquí donde entran en juego los ánodos, unos dispositivos metálicos diseñados específicamente para proteger el casco de un barco contra la corrosión. Éstos se fabrican comúnmente con aleaciones de zinc, aluminio o magnesio, que son metales más activos que el acero utilizado en la construcción del casco. El principio básico de la protección catódica radica en la diferencia de potencial eléctrico entre los metales. Al conectar los ánodos al casco del barco, se establece un circuito eléctrico y se crea un flujo de corriente.
Cuando el barco está sumergido en agua, el ánodo se convierte en el sacrificio eléctrico. Debido a su mayor actividad, los ánodos se corroen primero, liberando electrones al agua. Esta corriente eléctrica fluye hacia el casco del barco, lo que evita que el metal del casco se corroa. Por decirlo de una forma más fácil, los ánodos actúan como «héroes sacrificados», protegiendo activamente el casco de la corrosión.
Aprovecha al máximo los ánodos con estos 2 consejos
Colocación estratégica de los ánodos: La ubicación adecuada de los ánodos es esencial para garantizar una protección efectiva contra la corrosión. Por lo general, se colocan en áreas específicas del casco que son más propensas a sufrir corrosión, como la línea de flotación, las hélices, los ejes, las tomas de agua y las áreas cercanas a componentes metálicos expuestos. Dependiendo del tamaño y el diseño del barco, pueden requerirse varios ánodos para cubrir todas las áreas críticas.
Mantenimiento y reemplazo: Los ánodos no son inmunes a la corrosión, ya que están diseñados para desgastarse en lugar del casco del barco. Con el tiempo, los ánodos se corroen gradualmente y pierden su eficacia protectora. Por lo tanto, es esencial realizar un mantenimiento regular y reemplazarlos cuando sea necesario. Un chequeo visual periódico y la supervisión de su desgaste te permitirán identificar cuándo es el momento adecuado para reemplazarlos y asegurar una protección continua.
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Y recuerda, una protección efectiva y un mantenimiento regular de tu embarcación, contribuyen a una mayor vida útil de tu barco y a disfrutar de tus aventuras marítimas con tranquilidad.
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